jueves, 29 de noviembre de 2007

ADVIENTO!! Ven, ven Señor no tardes!!

EL ADVIENTO
Adviento significa venida. Este tiempo nos prepara para la venida del Señor.

LOS GRANDES TESTIGOS DEL ADVIENTO
Son tres: El profeta Isaías, Juan el Bautista y la Virgen María.

Isaías anuncia cómo será el Mesías que vendrá. Sacude la conciencia del pueblo para crear en él actitud de espera. Exige pureza de corazón.

Juan el Bautista señala quién es el Mesías, que ya ha venido. Él mismo es modelo de austeridad y de ardiente espera.

María es la figura clave del adviento. En ella culmina la espera de Israel. Es la más fiel acogedora de la palabra hecha carne. La recibe en su seno y en su corazón. Ella le prestó su vida y su sangre. María es Jesús comenzado. Ella hizo posible la primera navidad y es modelo y cauce para todas las venidas de Dios a los hombres. María, por su fidelidad, es tipo y madre de la Iglesia.

LAS ACTITUDES FUNDAMENTALES DEL ADVIENTO

1. Actitud de espera. El mundo necesita de Dios. La humanidad está desencantada y desamparada. Las aspiraciones modernas de paz y de dicha, de unidad, de comunidad, son terreno preparado para la buena nueva. El adviento nos ayuda a comprender mejor el corazón del hombre y su tendencia insaciable de felicidad.

2. El retorno a Dios. La experiencia de frustración, de contingencia, de ambigüedad, de cautividad, de pérdida de la libertad exterior e interior de los hombres de hoy, puede suscitar la sed de Dios, y la necesidad de «subir a Jerusalén» como lugar de la morada de Dios, según los salmos de este tiempo. La infidelidad a Dios destruye al pueblo. Su fidelidad hace su verdadera historia e identidad. El adviento nos ayuda a conocer mejor a Dios y su amor al mundo. Nos da conocimiento interno de Cristo, que siendo rico por nosotros se hace pobre.

3. La conversión. Con Cristo, el reino está cerca dentro de nosotros. La voz del Bautista es el clamor del adviento: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios ... » (Is 40,3-5). El adviento nos enseña a hacernos presentes en la historia de la salvación de los ambientes, a entender el amor como salida de nosotros mismos y la solidaridad plena con los que sufren.

4. Jesús es el Mesías. Será el liberador del hombre entero. Luchará contra todo el mal y lo vencerá no por la violencia, sino por el camino de una victimación de amor. La salvación pasa por el encuentro personal con Cristo.

5. Gozo y alegría. El reino de Cristo no es sólo algo social y externo, sino interior y profundo. La venida del Mesías constituye el anuncio del gran gozo para el pueblo, de una alegría que conmueve hasta los mismos cielos cuando el pecador se arrepiente. El adviento nos enseña a conocer que Cristo, y su pascua, es la fiesta segura y definitiva de la nueva humanidad.

ORACION
De luz nueva se viste la tierra,porque el sol que del cielo ha venidoen el seno feliz de la Virgende su carne se ha revestido.
El amor hizo nuevas las cosas,el Espíritu ha descendidoy la sombra del que es poderosoen la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su frutoy de bodas se anuncia la alegría,el Señor que en los cielos morabase hizo carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso,a su Hijo y Espíritu Santo,que en su gracia y su amor nos bendijoy a su reino nos ha destinado. Amén


Aleja la cara por un momento por favor... y reacciona!

Conversando con un amigo mio en un colegio, pude descubrir nuevamente que la persona es una esponja de felicidad incesante. Ésta lo esta buscando sin cesar y como él; lástima que no siempre logren encontrarse.
El ánsia de poder, de satisfacción, de dominio de mil formas, vestidas de muy piadosas y bondadosas con el fin de satisfacer el hambre del hombre pueden llevarnos a desfigurar lo que es uno.
Beber siempre del mismo lugar, o porque todos beben, pensando que es la fuente de agua limpia y clara, mientras que alguien me dice que es agua de inodoro la que bebo, mejor lo pienso.

El momento sin pensar en nada, -por que siento cansancio de caminar aveces-, en un despúes nos empuja que no veamos o no "querramos" ver todo el WC.
Si pensáramos y nos detuvieras por un momento, o si tomáramos en cuenta lo que me repiten cada momento que dice me estima y me aprecia, nos dariamos cuenta y alejariamos la cara un poco para caer en la cuenta de que era verdad, y que eso blanco que esta delante de mi no es más que un inodoro, y lo que bebia no era felicidad, aunque lo haya encontrado fresco al paladar.
Aqui es cuando uno empieza ha aceptar ser feliz de verdad o no... la elección será dura... la opción requiere valentía..., ¿qué se hará?... simple y fácil respuesta, pero dificil decisión ha tomar.
Sólo tú que lees puedes alejar la cara y darte cuenta donde la tenías, nadie más puede... perdona, pero es así.
No saber momentáneamente donde encontrar agua verdadera y buena, no significa tener que seguir con la cara en el inodoro... ¿o sí?.
No pierdes nada con pensarlo, y ver qué bebes.