domingo, 12 de octubre de 2008

Ver lo que muchos no miran.

Siempre pienso que hay que mirar más allá. Frase que quizá aprendí desde tiempos en que la inocencia convivia día y noche conmigo, y que ahora me trae a la memoria leyendo mi periódico favorito como cada domingo despues de mis labores escatológicas.

Y es ahi que encontré lo siguiente sobre el magnífico artista Miguel Ángel:

Cierta vez le preguntaron al escultor Miguel Ángel cómo hacía para crear obras tan magníficas. "Es muy sencillo", respondió él. "Cuando miro un bloque de mármol, veo la escultura adentro. Todo lo que tengo que hacer es retirar los sobrantes".

Además continúa el artículo diciendo:

Un emperador dijo al rabino Yeoschoua ben Hanania:
--Me gustaría mucho ver a vuestro Dios.
--Es imposible --respondió el rabino.
--¿Imposible? Entonces, ¿cómo puedo confiar mi vida a alguien a quien no puedo ver?
--Muéstreme el bolsillo donde tiene guardado el amor por su mujer. Y déjeme pesarlo, para ver si es grande.
--No sea tonto: nadie puede guardar el amor en un bolsillo.
--El sol es apenas una de las obras que el Señor colocó en el universo y, sin embargo, usted no puede verlo directamente. Tampoco puede ver el amor, pero sabe que es capaz de enamorarse de una mujer y confiarle su vida. ¿No le parece evidente que existen ciertas cosas en las que confiamos sin ver?


Uno respondería que si. Si existen cosas en las que confiamos ciegamente, inclusive una y otra vez, con caidas y levantadas, estamos ahi delante de lo que nos supera, delante de lo inefable. Confiamos y confiamos, y si álguien nos interroga sobre el demostrar cómo uno puede confiar en algo o alguién que o a quién no puede ver, simple y sencillamente no sabe lo que dice y/o no pisa aún, con los dos pies, la tierra ni la vida misma.

Vive, observa y mira lo que los demás no ven, sólo entonces vivirás desde otra perspectiva. ¿Qué es marcar la diferencia?...