miércoles, 24 de junio de 2009

ASÍ DESEAS A DIOS?


CUENTO ORIENTAL

Un discípulo se acercó un día a su maestro y le dijo:
El maestro contempló al joven sin decir nada y le sonrió.
El joven volvía cada día repitiendo que deseaba la religión.

Pero el maestro sabia mejor que él a que atenerse.

Un día que hacía mucho calor pidió al joven que lo acompañara al río para bañarse.
Se lanzó el joven al agua y el maestro hizo otro tanto, sujetándolo luego por la fuerza bajo el agua. Cuando el joven hubo durante algún tiempo tratado de librarse, el maestro le soltó y le preguntó qué era lo que más había deseado cuando estaba debajo del agua.

-¡ Oh! ¡El aire! ¡El aire!- respondió el discípulo.

-¿Deseas a Dios de ese mismo modo? – preguntó el maestro-,
Si lo deseas así, lo encontrarás... Si no tienes este deseo y esta sed, aunque busques, aunque luches en tu inteligencia, e incluso con todas tus fuerzas, no podrás encontrar la religión.
En tanto no se despierte en ti esa sed, tú no vales más que un ateo. ¡Muchas veces el ateo es sincero y tú no lo eres!

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