viernes, 25 de enero de 2008

El Sediento

Por buscarme, Poesía, en ti me busqué:

deshecha estrella de agua,

se anegó en mi ser.

Por buscarte, Poesía, en mí naufragué.

Después sólo te buscaba por huir de mí:

¡espesura de reflejos

en que me perdí!

Mas luego de tanta vuelta

otra vez me vi:

el mismo rostro anegado

en la misma desnudez;

las mismas aguas de espejo

en las que no he de beber;

y en el borde del espejo,

el mismo muerto de sed.

Octavio Paz

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