Un año ha pasado en que recibí el ministerio del sacerdocio por gracia y bondad de Dios. Como hoy, día de conmemoración de Nuestra Señora de Fátima, fui hecho servidor de un pueblo, pueblo de Dios, de la Iglesia.
Hoy me preguntaron cómo me ha ido este año, cómo me ha parecido este año de ser sacerdote joven. Podria responder que finalmente ha sido un año de misericordia, de gratitud, de recibir sin pedir... de experiencia que Dios es bueno y misericordioso, que se mantiene fiel aunque le sea uno infiel.
Ha sido un año de contemplar como Dios de fía de alguién que no es de fiar, como alguien podria bien decir.
De contemplar la terquedad de Dios con uno..., y seguir ofreciendo lo que al principio dio.
Quiero seguir viviendo esta terquedad de Dios y quiero cuidar mejor el Don recibido que Él insiste en seguir adelante. No quiero dividir mi vida, ni mi corazón..., más de lo que Dios lo ha hecho. Quiero seguir donde la Iglesia de Dios va.
Un buen año para aprender lo que Dios me ha enseñado con la manera como he vivido.
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